martes, 21 de enero de 2014

Despierta sonda Rosetta y envía señal a la Tierra


ASTROFÍSICA Este lunes, a las 11 horas, han sonado sus timbres internos

La nave 'Rosetta' se prepara para explorar por primera vez un cometa

Animación Nave Rosetta ESA
Tras dos años y medio de hibernación planificada en el espacio profundo, hoy, a las 11 horas, cuatro alarmas internas han despertado de su letargo a la nave espacial Rosetta, que se encuentra a unos 810 millones de kilómetros de la Tierra. Es sólo parte de la distancia que ha recorrido durante la década que ha transcurrido desde que en marzo de 2004 inició en la Guayana Francesa su extraordinario viaje a bordo de un cohete Ariane 5, rumbo al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
La sonda tardará varias horas en desperezarse y en calentarse lo suficiente como para ser capaz de comunicarse con la Tierra, una señal que esperan impacientes los ingenieros de la Agencia Espacial Europea (ESA), ansiosos por comprobar que sigue viva.
La nave espacial se preparará por fin para el gran objetivo de su misión: explorar por primera vez un cometa, unos objetos celestes en los que los científicos creen que se conserva información esencial sobre el origen de nuestro Sistema Solar. Y es que si la famosa piedra Rosetta permitió a los arqueólogos descifrar los jeroglíficos egipcios, los científicos esperan que esta sonda les ayude a esclarecer uno de los grandes misterios de la astrofísica.
«Como muy pronto recibiremos la señal hacia las 18.30 horas del lunes, aunque podría ser más tarde, porque no sabemos cuánto tiempo necesitará para calentarse, poner en funcionamiento sus instrumentos y apuntar la antena hacia la Tierra. Sabemos cómo entró en hibernación, pero no cómo va salir», admite a EL MUNDO Álvaro Giménez Cañete, director del programa científico y de exploración robótica de la ESA.
La nave espacial se preparará por fin para el gran objetivo de su misión: explorar por primera vez un cometa, unos objetos celestes en los que los científicos creen que se conserva información esencial sobre el origen de nuestro Sistema Solar. Y es que si la famosa piedra Rosetta permitió a los arqueólogos descifrar los jeroglíficos egipcios, los científicos esperan que esta sonda les ayude a esclarecer uno de los grandes misterios de la astrofísica.
«Como muy pronto recibiremos la señal hacia las 18.30 horas del lunes, aunque podría ser más tarde, porque no sabemos cuánto tiempo necesitará para calentarse, poner en funcionamiento sus instrumentos y apuntar la antena hacia la Tierra. Sabemos cómo entró en hibernación, pero no cómo va salir», admite a EL MUNDO Álvaro Giménez Cañete, director del programa científico y de exploración robótica de la ESA.

6.200 millones de kilómetros recorridos

Una vez que llegue a la Tierra la señal que muestre que está despierta y activa, los dos meses siguientes se dedicarán a realizar un chequeo para comprobar el estado de los 11 instrumentos de la sonda Rosetta y los 10 instalados en el módulo de aterrizaje Philae tras su largo periplo (ha recorrido más de 6.200 millones de kilómetros) plagado de maniobras.

Desde 2004 ha completado cinco vueltas al Sol utilizando la gravedad de la Tierra y Marte para impulsarse hasta el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en el que culminará una misión durante la que ha estudiado también dos asteroides: Steins, en 2008, y Lutetia en 2010. Hace 957 días apagó todos sus instrumentos excepto el ordenador de abordo y varios calentadores, imprescindibles para poder cruzar el espacio profundo, y entró en el estado de hibernación del que se espera que salga hoy.
Una vez que comprueben que está en buena forma, iniciará la aproximación al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko para llevar a cabo la primera exploración que se realiza de uno de estos objetos celestes: «Hemos tenido que ir muy lejos porque queremos acercarnos a un cometa cuando no está activo, y para eso hay que alejarse del Sol, pues conforme se acercan a él comienzan a calentarse y a emitir gas, polvo, etc.», explica Giménez. «Precisamente porque el cometa está muy lejos, Rosetta está equipada con dos paneles solares muy grandes» [cada uno mide 14 metros de longitud, con un área total de 64 m2].
Las primeras imágenes del cometa se obtendrán en mayo, y con ellas podrán calcular con precisión su posición y la órbita de este cuerpo celeste. La aproximación se producirá en agosto, cuando haya completado los nueve millones de kilómetros que le quedan por recorrer: «Tan pronto como podamos, haremos un mapa del cometa para preparar el aterrizaje [del módulo Philae que lleva a bordo], que se hará en noviembre», detalla.
«El núcleo del cometa es como una gran roca de hielo, aunque su tamaño no es muy grande. El resto es material que va expulsando», explica el científico, que admite que desconocen cómo de activo estará 67P/Churyumov-Gerasimenko cuando llegue Rosetta y si será posible el aterrizaje del pequeño módulo Philae, que pesa unos 100 kilogramos: «No sabemos realmente cómo va a transcurrir esa fase de la misión porque no sabemos cómo es su suelo y nunca se ha hecho algo así. Pero hay que hacer cosas difíciles que no se han hecho nunca. El módulo de aterrizaje es pequeño y la gravedad es tan baja que, cuando se lance, será como una hoja de papel que dejas caer al suelo. Tiene una especie de crampón o garfio, como los que se usan para sujetarse al hielo, que se enganchará a la superficie del cometa para no rebotar», compara.

Viaje hacia el Sol

El responsable científico de la ESA asegura, no obstante, que «la parte más interesante de la misión no es el aterrizaje del módulo sino el viaje que hará junto a él hacia el Sol» durante más de un año, pues la nave se mantendrá en órbita alrededor del cometa. Y cuando hayan pasado el perihelio (el punto más cercano al astro rey) la sonda le acompañará durante otros seis meses: «Va a presenciar in situ cómo desarrolla su actividad. Y esto es muy importante desde un punto de vista científico, pues no sabemos cómo los cometas se hacen activos».
Los astrofísicos creen que los cometas son los restos que durante el origen de nuestro Sistema Solar no llegaron a formar parte de los planetas: «Son material prístino que no formó planetas, es decir, no ha sido polucionado por la evolución geológica planetaria que ha modificado las rocas. Por eso nos interesan tanto», explica.
También espera que esta misión les ayude a comprender de dónde procede el agua de la Tierra. «La teoría de formación del Sistema Solar dice que la Tierra no debería tener agua porque está demasiado cerca del Sol y debió perderse en fase gaseosa. ¿De dónde procede entonces? Se piensa que uno de los componentes que hizo que hubiera agua fue el bombardeo de la Tierra por parte de cometas y asteroides lejanos», explica. «Queremos ver qué tipo de agua hay en los cometas, es decir, su composición isotópica para comprobar si es la misma que hay en nuestro planeta».
Pese a la valiosa información que encierran los cometas sobre el origen del Sistema Solar, hasta ahora no se había visitado ninguno. Lo poco lo que los científicos saben de ellos se debe a las aproximaciones que han hecho estos cuerpos a la Tierra : «Prácticamente sólo conocemos a Halley, que fue observado por la nave Giotto, que fue lanzada en 1985 y al año siguiente estudió este cometa cuando se aproximó a la Tierra».
Rosetta será testigo por primera vez en la historia de cómo el calor del Sol transforma la superficie de un cometa. Pero todo dependerá de que la sonda se despierte. La ESA, que ha invertido unos mil millones de euros en esta ambiciosa misión, ha organizado una activa campaña, Wake up, Rosetta! para que los ciudadanos conozcan en qué consiste este proyecto y participen enviando vídeos para despertar a la nave, una maniobra que sus científicos retransmitirán hoy en directo por internet.



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