Central nuclear de Metsamor (Armenia)
La central nuclear de Metsamor, la única que posee Armenia, fue calificada en su día como «un peligro para toda la región» por un enviado de la Unión Europea que trataba de negociar -en vano- el cierre de la instalación. La frase data del año 2004, cuando los por entonces 25 miembros de la UE intentaban convencer a las autoridades del país de que clausuraran la central, construida en 1976 por la URSS en unazona de alto riesgo sísmico.
El complejo proporciona cerca del 40% de la energía que consume esta pequeña exrepública soviética de algo más de tres millones de habitantes y es considerado en el país un símbolo de progreso y orgullo nacional. Estos motivos llevaron al gobierno armenio a dar largas a la UE y a rechazar su ayuda de 100 millones de euros a cambio del cierre. Poco después, el presidente Serzh Sargsyan ordenó la prolongación de su actividad hasta 2010. Resulta innecesario recordar que aún continúa en funcionamiento. Es más; las autoridades armenias preparan lainstalación de un nuevo reactor para el año 2020.
Sin ningún género de dudas, la central de Fukushima supone, a día de hoy, el mayor riesgo nuclear a nivel mundial. Desde que el 11 de marzo de 2011 un terremoto y el posterior tsunami devastaran el complejo Fukushima I, provocando fusiones de núcleo en tres de los 6 reactores con los que cuenta la central, además de una fusión de núcleo parcial en un cuarto reactor, se han registrado innumerablesfugasde partículasradioactivas en las aguas y en el subsuelo que rodean a la instalación. La amenaza invisible de la radiación llegó incluso a hacer que las autoridades niponas barajasen la posibilidad de evacuar el área metropolitana de Tokio (36 millones de habitantes), que se encuentra a casi 250 kilómetros de Fukushima.
La planta, diseñada para resistir temblores de hasta 10 grados en la escala de Richter, sufrió graves daños tras la sacudida de 9 grados de intensidad y, especialmente, tras el tsunami originado por ella, que inutilizó sus sistemas de refrigeración. La reacción de las autoridades japonesas y de la compañía que gestionaba la central no fue la idónea: tardaron en decidirse por usar agua de mar para refrigerar los reactores dañados -debido a que contamina grandes cantidades de agua-. Cuando lo hicieron, ya se había completado la fusión de núcleo en tres de los cuatro reactores afectados. Ya era imposible remediar que la catástrofe se convirtiera en el más grave accidente nuclear desde Chernóbil (1986).
Indian Point (EE. UU.)
La central nuclear de Indian Point se encuentra «en el límite de requerir atención inmediata para garantizar la protección de la población», aseguraba hace unos meses la Comisión Reguladora de la energía Nuclear de Estados Unidos (NRC), poco después de queexplotara un transformador en el interior de la planta que provocó la paralización de sus reactores.
Según los cálculos de este organismo, los dos reactores con los que cuenta esta planta, que suministra una tercera parte de la energía de la que diariamente hace uso la ciudad de Nueva York, son los más vulnerables del país ante un hipotético terremoto.
En las centrales situadas en la costa pacífica, a pesar de la mayor actividad sísmica que allí se registra, las instalaciones están mejor preparadas ante un evento de estas características que en la costa occidental. En Indian Point, a 40 kilómetros de Nueva York, un terremoto es más improbable, pero sería más devastador.
Central nuclear de Mihama (Japón)
Antes del accidente de Fukushima la central de Mihama era considerada la más peligrosa de Japón. No en vano, desde su puesta en funcionamiento en el año 1970, en esta planta se han registrado cuatro incidentes de gravedad; el último en 2006, cuando un incendio provocó heridas a dos operarios y algunos residuos nucleares fueron alcanzados por las llamas. Aun así, no se registraron emisiones radioactivas al exterior.
En 2004, una tubería reventó, liberando agua caliente y vapor y matando a cinco trabajadores de la central, dos de ellos a causa de la exposición a la radiación. En 2003 dos perforaciones en el generador de vapor hicieron saltar las alarmas y en 1991 otra avería en el mismo generador provocó la emisión de radiación al exterior.
Complejo nuclear de Yongbyon (Corea del Norte)
El centro de experimentación nuclear de Yongbyon, el mayor de Corea del Norte, es noticia en los últimos días debido a la reanudación de la actividad de uno de sus reactores. El artilugio, que ha sido clausurado y vuelto a poner en marcha por el régimen totalitario que gobierna el país en diversas ocasiones -tras las sucesivas firmas y rupturas de tratados con EE. UU.-, tiene capacidad para la fabricación de armamento nuclear.
Aunque este no es el único riesgo que se esconde tras los muros de estas instalaciones: en 2004 otro de los reactores tuvo que ser reparado de urgencia después de que las autoridades norcoreanas advirtieran que su estructura y su sistema de cañerías se encontraban gravemente deterioradas.
Central nuclear de Kozloduy (Bulgaria)
El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) presionó durante años al gobierno búlgaro para clausurar el centro, consideradas por esta institución como uno de los complejos nucleares que mayor riesgo potencial implicaban a nivel mundial. Asimismo, uninforme clasificado citado por «The New York Times» reveló que el Departamento de Energía de Estados Unidos habría incluido los dos reactores más longevos de la planta (Unidades 1 y 2) entre «los diez más peligrosos del mundo».
Aunque hoy día mantiene dos reactores en funcionamiento, la Unión Europea obligó a Bulgaria a clausurar los cuatro reactores de mayor antigüedad; condición sine qua non para su adhesión al mayor organismo a nivel continental. Aun así, Bulgaria estiró al máximo la vida de estos reactores de fabricación soviética, que permanecieron en funcionamiento hasta el mismo año de la incorporación del país a la UE (2007).
Central nuclear de Kola (Rusia)
Otra de las centrales que aparecían en la lista negra de la OIEA es laplanta de Kola, situada en el círculo polar ártico. Pese a que dos de sus reactores superaron en 2004 los 30 años de vida útil -el periodo máximo de funcionamiento para el que fueron diseñados-, el Kremlin sorteó las leyes que impedían el prolongamiento de su vida útil y anunció que el complejo no será cerrado hasta, al menos, 2018.
Varios grupos ecologistas han denunciado a lo largo de la última década esta situación, entre ellos la fundación noruega Bellona, que también critica el hecho de que la central de Kola se mantenga operativa gracias únicamente a «donantes extranjeros», y cita a los gobiernos deNoruega y Finlandia, que importan energía eléctrica desde la planta rusa. Asimismo, la organización recuerda que en 1993 una tormenta dejó las instalaciones sin suministro eléctrico -el mismo incidente que en 2011 desencadenó la catástrofe de Fukushima-, una situación que podría repetirse debido a las condiciones meteorológicas propias de la región en la que se encuentra.
KANUPP 1 (Pakistán)
Más de 8 millones de personas viven dentro de un radio de 30 kilómetros alrededor de esta central nuclear. Ninguna otra planta de este tipo en el mundo se encuentra situada en una zona tan poblada como KANUPP I, que dista poco más 25 kilómetros de Karachi, ciudad que, con 11 millones de habitantes, es la más poblada de Pakistán.
En octubre de 2011 las autoridades paquistaníes se vieron obligadas a decretar el estado de emergencia en la zona durante varias horas debido a una fuga mientras se reallizaban operaciones de mantenimiento. Establecida en 1972, y ya obsoleta, la central sólo produce el 1% de la energía que consume el país. Está previsto su cierre para el año 2015.
Recientemente el gobierno de Estados Unidos también ha mostrado su preocupación porque las instalaciones nucleares con las que cuenta Pakistán sean objeto de ataques por parte de los talibanes, que gozan de un alto nivel de implantación en el país.
Central nuclear de Taishan (China)
Esta instalación, que entrará en funcionamiento el próximo mes de diciembre, está situada a tan sólo 130 kilómetros de la populosa urbe asiática de Hong Kong. Numerosos grupos medioambientales tratan de demorar el inicio de su actividad: afirman que la tecnología con la que cuenta el reactor, de fabricación franco-alemana, no está suficientemente desarrollada ni testada.
«Es muy arriesgado importar tecnología nuclear europea cuando ni siquiera en Europa cumple los requerimientos en materia de seguridad», asegura el ingeniero Lai Kwong-tak al diario hongkonés «South China Morning Post», y recuerda que dos proyectos, en Francia y en Finlandia, que utilizan esta novedosa tecnología -conocida como Reactor Europeo Presurizado (EPR por sus siglas en inglés)-, han sufrido múltiples retrasos debido a fallos relacionados con la seguridad. «Cuando finalice su construcción, la central de Taishan será una de las más peligrosas a nivel mundial», sostiene Lai, que subraya que la planta tiene un potencial radioactivo tres veces superior al de la central de Fukushima.
Central nuclear de Lungmen (Taiwán)
Pese a que todavía no ha finalizado su construcción -está previsto que entre en pleno funcionamiento en 2015-, la central nuclear de Lungmen ya ha suscitado multitud de críticas tanto dentro como fuera de las fronteras de Taiwán. A raíz del accidente nuclear en la central japonesa de Fukushima en 2011, miles de taiwaneses salieron a las calles de Taipei para reclamar la paralización de las obras.
Los expertos ponen en cuestión el diseño de la central al considerarlo excesivamente complejo, además de potencialmente pernicioso al situarse a escasos metros de la costa, y dudan de la capacidad de la compañía que gestiona las instalaciones de hacer frente a una emergencia.
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