lunes, 2 de septiembre de 2013

Playas para alucinar

En la Costa Brava hay 328 playas y calas, muchas tan escondidas que solo unos pocos saben cómo llegar. Algunas ni siquiera tienen nombre; o si lo tienen, pocos lo conocen o recuerdan. Miguel Ángel Álvarez Alperi y Elisabet Vílchez Torralbo han estado en todas ellas (o en casi todas, porque certezas hay pocas); también se han mojado los pies en las 262 playas de Mallorca, y en los 131 arenales, 65 playas de piedra y 63 puntos de interés que, según ellos, existen en la costa de Menorca. Lo cuentan en cuatro guías; la última, Todas las playas de Cataluña II. Costa Brava Sur, acaba de salir.
Durante los últimos cinco veranos, esta pareja de asturianos, ambos fotógrafos profesionales, se ha dedicado a explorar, catalogar y retratar —en barco, por senderos y caminos de ronda y desde el aire, a bordo de ultraligeros, globos y avionetas— las costas de Baleares y Cataluña para después contarlo en una colección de guías que ellos mismos maquetan y editan bajo el sello editorial Laluzenpapel(www.laluzenpapel.com).
“Enhorabuena: acabas de descubrir una de mis perlas favoritas, una calita de arena blanca y fina hecha a la medida para dos cuya sola contemplación te seducirá como cantos de sirena. Es por esas aguas de turquesa líquida... ¡Es la piscina de las ninfas!” (playa del Caló Roig, Menorca). “Desde que se acondicionó el acceso por tierra tallando unas escaleras en el acantilado, Macarelleta (Menorca) ya no es lo que era. Ahora también vienen docenas de familias de turistas con sus niños, y lo del nudismo ya no es lo mismo. Pero sigue siendo idílica, con sus aguas calmadas, sus pequeñas dunas y el pinar que llega hasta la orilla. Los acantilados la protegen del oleaje, pero no de las miradas”. “Venir a la playa del Castell y no acercarse paseando hasta s’Alguer (Girona) es un pecado capital. Aquí se viene a pecar, a caer en el de la envidia. ¿No se te cae la baba viendo esas casitas?”.
Con un lenguaje coloquial, llenas de datos y con profusión de fotografías aéreas, ofrecen al lector la oportunidad de conocer tanto las playas más populares como las más secretas, identificadas por colores: para parejas, para familias, para senderistas, para nudistas, para urbanitas... También muestran los mejores sitios para surfear, bucear o explorar en kayak, las empresas que alquilan equipos y organizan cursos y, para los navegantes, los mejores y más escondidos fondeaderos. Un top 10 al comienzo de cada libro permite conocer de un vistazo las 10 mejores playas de cada tipo de público, más otras 10 con las favoritas de los autores. Este verano se han puesto el reto de recorrer todo el litoral de Ibiza y Formentera.

SECRETOS DE LA COSTA ESTE (Playa de Cala Varques, Mallorca). La costa este de Mallorca esconde auténticos tesoros naturales, y uno de ellos es esta perla nacarada y de tez albina. Se trata de Cala Varques, una de las playas más conocidas entre esas diez calitas vírgenes de la costa de Manacor. Si cala es un templo natural al que vienen por centenares los peregrinos del bañador y del magnesio (sus acantilados se cuentan entre los mejores para practicar el psicobloc, escalada sin cuerdas ni arneses, solo con el agua del mar como seguro), las calas vírgenes de Sequer, Falcó, Serral, Magraner, etc., bien pudieran ser la ermita de unas monjas de clausura, porque siempre que voy me las encuentro totalmente entregadas a la oración y al silencio. Ajenas a las visitas y al mundo.

LA CALA MÁS CAPRICHOSA DE MALLORCA (Playa d’en Rafalino, Mallorca). El Caló d’en Rafalino es uno de los rincones más misteriosos de Mallorca, pues tiene la particularidad de aparecer y desaparecer según le venga en gana. No es brujería, es por el efecto de la mar y sus corrientes, que a veces se llevan la arena blanca y fina para volverse una playa de grandes rocas poco amable y poco cómoda. Si vas y te la encuentras tal cual, con esta linda carita blanca, salúdala de mi parte y disfruta de ella. Es mi rincón nudista preferido, la de las aguas más turquesas y las vistas más relajadas.

OTROS RINCONES DE NUESTRO PARAISO (Playa de Es Talaier, Menorca). Cuanto más viajo (casi tanto como la mochila de Labordeta) más convencido estoy de la suerte que tenemos de poder vivir en perlas del Mediterráneo como esta. Menorca es lo más cerca que se puede estar del paraíso, y para gozarlo no hace falta sufrir interminables viajes. Y si no me crees fíjate en esta imagen: es Talaier y Son Saura, la viva imagen del paraíso, dos de las 131 maravillosas playas que salpican la costa de Menorca.

COMO ESTAR DENTRO DE UNA POSTAL (Cala Malaret, Costa Brava sur). Bienvenidos a la piscina de las ninfas, al lugar donde si pudiera fijaría mi residencia de por vida. Esta pequeña calita de arenas finas y puras que tan pocos turistas conocen fue diseñada para que con su sola contemplación sedujera como cantos de sirena. ¿Has probada a sumergirte en sus aguas de esmeralda? Ven de buena mañana y prueba. Sigue el sendero de ronda entre Playa Fonda y Aiguablava y verás las sorpresas que te vas a ir encontrando... Caminar por aquí es como hacerlo dentro de una postal. ¡Y como nadar en un acuario!

LA DE LOS MOROS, LOS MILLONARIOS Y LOS NARCOTRAFICANTES (Cala Morisca, Costa Brava sur). Aquí es donde se escondían los moros hace 500 años. En una finca cercana a la última playa virgen de Tossa es donde la exmujer de un narcotraficante –al que pillaron 17 toneladas de hachís en un almacén subterráneo que construyó cerca de aquí– está previsto que levante un hotel (un embrollo político-económico que ejemplifica los desmanes que todavía se suceden en la costa). Cuando esto ocurra, los clientes serán los que más la gocen. Hasta entonces, aprovecha y hazla tuya. Ven a disfrutarla y a plantar la bandera de tu república independiente. Más información sobre el caso: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/08/catalunya/1331238221_358398.html

AQUÍ LOS REYES SON LAS BARQUITAS (Playa de Cala Prona, Costa Brava norte). La Costa Brava atesora 328 playas y fondeaderos como Cala Prona, donde con muy poca eslora se puede rozar el cielo con la yema de los dedos. En esta porción de litoral lo que más se estila es fondear bien arrimado a la costa con el fin de aprovechar hasta el más mínimo resguardo, y en eso triunfan las barquitas. Aquí no hace falta ser millonario para alcanzar el trono, porque los reyes de la mar desfilan con pocos caballos y poco presupuesto. Lo admito: se pueden alcanzar cotas de felicidad extrema cuando ves que los que van sobrados –de ganadería y eslora– se tienen que quedar por fuera… Tender un cabo a tierra es como unir lo mejor de los dos mundos.
» Colección Todas las Playas de... Autores: Miguel Ángel Álvarez Alperi y Elisabet Vílchez Torralbo. Editorial Laluzenpapel. Precio en librerías: 24 euros.

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