Este informe trata de la pesca de descarte o pesca de desecho. Ambos términos describen prácticas de pesca que desechan y destruyen la vida marina, incluyendo algunas de las especies en peligro de extinción. La pesca de descarte es un problema enorme en la pesca industrial y artesanal, amenaza los ecosistemas costeros y puede ser económicamente devastador para las pesqueras y comunidades de pesca. Minimizar y eliminar la pesca de descarte es uno de los problemas más estimulantes, pero más urgentes que enfrentamos en la lucha por recuperar y proteger los océanos del mundo.
Los océanos, vitales para la supervivencia humana, están en riesgo. Ellos alimentan a miles de millones de personas en todo el mundo, producen oxígeno y proveen el 95 por ciento del espacio vital para los animales y plantas de la tierra. Desafortunadamente, los seres humanos están causando verdaderos estragos en los océanos de un modo más rápido de lo que los ecosistemas marinos pueden recuperarse y reponerse. De acuerdo a las Naciones Unidas, más del 70 por ciento de las especies de peces marinos de todo el mundo necesita acciones urgentes para evitar que disminuya su población debido a la pesca excesiva. Casi el 60 por ciento de los arrecifes del mundo están en riesgo por las prácticas destructivas de pesca, por la contaminación y por el desarrollo costero y ya muchos han sido degradados sin posibilidad de recuperarse. De las 126 especies de mamíferos marinos, 88 han sido incluidos en la Lista Roja de Especies Amenazadas recopilación hecha por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. La disminución de la población de peces, el aumento de la cantidad de especies marinas en peligro de extinción, y la tensión económica que viven las comunidades pesqueras, son señales de que los océanos están en peligro. A medida que los océanos se vean cada vez más amenazados, también lo estará el ciclo vital que sustenta a la población humana.
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"La pesca de descarte" o "pesca de desecho", se refiere a todas las especies vivas del océano que los pescadores comerciales y recreativos dañan o matan, a pesar de que no tienen la intención de hacerlo. La pesca de descarte incluye:
- Pesca accidental o daño de especies que no eran el objetivo, o especies que sí lo eran pero resultaron ser de otro tamaño, sexo o calidad de la deseada, durante operaciones de pesca;
- Muertes causadas por la pesca que pasaron inadvertidas, como por ejemplo cuando un delfín u otras especies se enredan y mueren con redes de pesca que han sido perdidas o desechadas en el océano;
- Invertebrados marinos, tales como corales, esponjas y anémonas que son afectados durante la pesca de arrastre de fondo, método que desplaza gigantescas redes a través de las profundidades marinas.
La pesca de descarte se produce principalmente por dos razones: Primero, porque los animales marinos migran en conjunto y miles de distintos tipos coexisten en el mismo hábitat, como en el caso de arrecifes de coral o templados. Segundo, porque muchas veces los pescadores no dan en el blanco al peso exacto, sexo, calidad, o especie de peces que pretenden extraer. De hecho, la red de arrastre recogerá todo lo que esté en su camino.
Cada vez más, científicos, pescadores y conservacionistas reconocen que la pesca de descarte causa un número importante de víctimas en el medioambiente marino. La pesca de descarte elimina muchos tipos diferentes de vida oceánica, incluyendo delfines, tortugas marinas, lobos marinos, tiburones y aves marinas. Debido a que este método se ejecuta sin una abierta intención, normalmente se devuelven muchas especies muertas o por morir. La pesca de descarte produce el desecho innecesario de importantes recursos naturales. Pero más importante aún, contribuye a la destrucción de los ecosistemas marinos a través del exceso de pesca y de la muerte de especies protegidas.
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2. Grandes perdidas, un problema devastador
El principal efecto de la pesca de descarte es que daña los ecosistemas producto de la sobrepesca y de la matanza de especies protegidas.
Mundialmente, la pesca comercial genera aproximadamente 20 millones de
toneladas de desechos cada año
Pesca de desecho de las pesqueras
Mundialmente, la pesca comercial desecha aproximadamente 20 millones de toneladas de pescado al año, lo que equivale aproximadamente al 25 por ciento del total de la pesca comercial del mundo entero. Además, la suma real de la pesca de descarte es significativamente mayor que esta cifra. La estimación anterior calcula la cantidad de desecho de la pesca de descarte, pero no incluye ninguna estimación de la pesca que se conservó. Además, nadie ha hecho estimaciones globales sobre la pesca de desecho en la pesca recreativa, o en la pesca de subsistencia, o sobre muertes inadvertidas tales como aquellas que se producen en redes abandonadas. Finalmente, estas cifras sólo incluyen los desechos de peces, y no la pesca de descarte de mamíferos marinos, aves marinas u otras especies distintas.
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"En 1995, 60 buques factoría desecharon casi tantos peces en el Mar de Bering como los que fueron conservados en la pesca de langostas en Nueva Inglaterra, en la pesca de caballa en el Atlántico, en la pesa de camarones en el Golfo de México, en la pesca de bacalao negro en el Pacífico y en la pesca de hipoglosos en el Pacífico del Norte juntas. Estos 60 buques factoría tiraron por la borda, muertos y sin uso, casi uno de cada cuatro que pescaron... El año pasado, los buques rastreros del Mar de Bering desecharon el 17 por ciento de los pescados, muertos y sin uso. Yo creo que esta cuenta (Ley de Pesca Sustentables de 1996) terminará con esta imperdonable cantidad de desechos".
Senador del Congreso de Estados Unidos,
Ted Stevens (142. Cong. Rec S10810)18/9/96
Ted Stevens (142. Cong. Rec S10810)18/9/96
Por ejemplo, la pesca de desecho en Estados Unidos da cuenta en gran parte de la destrucción de la vida en los océanos provocada por la sobrepesca. Asumiendo que la tasa de pesca de desecho es comparable a la del resto del mundo (aproximadamente por cada 2 kilos de pesca, medio kilo va a desecho), sobre 1.360 toneladas de pescados son desechados anualmente en las pesqueras norteamericanas, más adicionales pescas de descarte retenidas que han sido calculadas. Algunas incluso muestran tasas mayores.
Por su parte, la comunidad de pesca recreativa y deportiva también contribuye a este problema, al usar equipos que no son los adecuados y al devolver especies que mueren una vez que son reintegradas al mar. En algunos lugares del planeta la industria de pesca recreativa devuelve por lo menos un pescado por cada dos que saca. Mientras algunas especies pueden sobrevivir a los programas recreativos de "pescar y devolver", otras especies no soportan los cambios de presión que se producen cuando son llevadas a la superficie.
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La amenaza a los ecosistemas y la vida marina
El impacto de la pesca sobre los ecosistemas marinos difícilmente se puede dimensionar. Diecinueve prominentes científicos de todo el mundo concluyeron recientemente que "la extinción ecológica causada por la sobre-pesca es anterior a cualquier otra alteración humana a los ecosistemas costeros, incluidos la contaminación, la degradación de la calidad del agua, y el cambio climático antropogénico". El estudio realizado por estos investigadores puso énfasis en que el daño a una especie puede repercutir y dañar todo el ecosistema marino.
Por ejemplo, la sobre pesca de depredadores dominantes que se alimentan de otra especie puede provocar una explosión demográfica de esta última. De igual manera, los depredadores pueden verse obligados a alimentarse de nuevas especies si es que muchas de sus presas están muertas, lo que tiene efectos potenciales sobre todo el ecosistema. La pesca de descarte, también puede alterar los ecosistemas como resultado del tremendo volumen de material muerto sumado como alimento, causando mayores alteraciones en la cadena alimentaria.
Las muertes producidas por la pesca de descarte también pueden dañar seriamente a especies individuales. Especies de larga vida que se reproducen tardíamente, como tiburones, mamíferos marinos, tortugas marinas y algunas especies de peces, están especialmente en peligro ya que pueden ser capturados antes de que hayan tenido la posibilidad de reproducirse.
Un problema global
La pesca de descarte es un problema mundial. Cada día llegan nuevos informes de desechos y destrucción de vida marina. Hace un año el titular de un periódico inglés decía lo siguiente: "Desastre con delfines: debe terminar esta horrible matanza", refiriéndose a la pesca de descarte en redes de enmalle (Western Morning News, 8 de febrero de 2002). De igual manera, un informe reciente de la Conservación de Aves Americanas identifica a la pesca patagónica con palangre pelágico, como la responsable de la muerte de miles de albatros.
las costas del país del sol naciente
En el mes de julio de 2003 los medios chilenos publicaban las fotografías y antecedentes de la matanza de dieciocho lobos marinos en Mejillones, en la II Región, para usar sus testículos en la elaboración de afrodisíacos. En un artículo del diario El Mercurio de Antofagasta se recuerda que el año anterior "en las cercanías de Punta Itata aparecieron algunos lobos en iguales condiciones".
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La pesca de descarte es provocada principalmente por equipos no selectivos. Si bien algunos de ellos producen más pesca de descarte que otros, la selectividad de éstos depende de lo exacto que sea en atrapar y capturar sólo las especies requeridas. Generalmente, los equipos de pesca van desde los más selectivos -como la pesca con arpón, que exige al pescador buscar y matar individualmente a la presa- a las menos selectivas, como son las que capturan grandes cantidades de pesca de descarte, junto con los objetivos definidos.
a) Red de arrastre
Las redes de arrastre son colocadas en la parte de atrás de los pesqueros, y se ocupan en el fondo marino o en la columna de agua para capturar crustáceos y peces. La pesca de arrastre se compone de una gran red en forma de saco, ancha en la parte superior y que termina en forma de punta. Estas redes barren grandes áreas del fondo del mar, capturando todo lo que esté en su camino, incluyendo peces no deseados, pequeños organismos y especies marinas amenazadas o en peligro de extinción, los cuales son descartados al mar.
Dentro de los objetivos de este tipo de pesca en Chile se encuentran especies de fondo y demersales, como el camarón nailon, el congrio dorado, el langostino amarillo y colorado, la merluza de cola, merluza común, merluza del sur y merluza de tres aletas. Esto se presenta principalmente entre la III y XII regiones en Chile.
La pesca de arrastre produce apenas el 2% de la pesca mundial de pescado
en peso, pero produce más de un tercio de la pesca de descarte
Esquema de un espinel Atunero
b) Palangres y/o espineles
El equipo de pesca con palangres y/o espineles se compone de un cordel que mide desde unos 30 metros hasta muchos kilómetros de largo; posee ramales con anzuelos cebados enganchados en ellos a intervalos fijos. Los anzuelos cebados permanecen dentro del agua por muchas horas, atrayendo y pescando a los peces que eran el objetivo y a otros tantos tipos de vida marina. Los palangres son fijados a lo largo del fondo del océano (palangres de fondo) o flotando en el agua (palangres pelágicos), dependiendo de las especies que se intente extraer. Algunos palangres capturan regularmente, como pesca de descarte, a tiburones, aves marinas, peces espada (tales como marlines azules y blancos), peces espada de menor tamaño y tortugas marinas. La pesca de descarte en los palangres pelágicos actualmente es considerada el mayor factor que contribuye a la disminución de muchas poblaciones de aves marinas en el mundo entero. En Chile la pesca con palangre de pez espada tiene una incidencia negativa en tiburones; mientras que en pesquerías de palangre en la zona sur austral o aguas internacionales, se producen también efectos contrarios en aves marinas, como albatros y petreles.
Las especies objetivo de este tipo de pesca son entre otras: bacalao de profundidad, merluza austral, merluza del sur y pez espada, entre los más destacados de la pesca artesanal e industrial. Las zonas de extracción van entre la III y XII regiones en Chile, en aguas cercanas a la costa a profundidades que van desde unos pocos metros (merluza común) hasta 800-1000 metros de profundidad (bacalao de profundidad).
La pesca de descarte de pez espada en palangres es mayor al 50 por ciento de la pesca deseada.
c) Red de enmalle
Las redes de enmalle son grandes paredes cuadradas fijadas al fondo con un peso, para que se eleven desde el fondo marino. Otro tipo son mallas suspendidas en la columna de agua, y se usan de distintos tamaños. Los peces (y otras especies nadadoras) se desplazan hacia el interior de la red siendo capturados por la malla. Muchas otras especies marinas se enredan solas en estas redes.
Estos sistemas de enmalle, para captura de especies altamente migratorias, pueden atrapar incidentalmente a tiburones o delfines; las redes de enmalle para capturas de profundidad pueden afectar a ciertos crustáceos.
Otro problema importante es la llamada "pesca fantasma", que se produce cuando un arte de enmalle se pierde en el mar y sigue pescando, ya que las fibras sintéticas son de gran durabilidad.
Las especies capturadas en nuestro país por este arte son entre otras: anchoveta, cabrilla común y pez espada. Estas redes se usan comúnmente entre la I y X regiones, particularmente en la costa.
d) Red de enmalle de deriva
Internacionalmente, las redes de enmalle de deriva de gran escala fueron ampliamente usadas en alta mar hasta que las Naciones Unidas decretó una prohibición global en 1991. Un año antes, estas redes capturaron a 42 millones de animales que no eran el blanco. A pesar de la prohibición internacional, la pesca ilegal con redes de enmalle de deriva todavía se usa. En 1999, 11 barcos fueron hallados pescando en losa mares del Pacífico del Norte violando las normas internacionales.
e) Red de cerco
Una red de cerco corresponde a una larga pared de red enmarcada por una línea superior de flotadores y una línea inferior de plomos. Además tiene fijados anillos en su parte inferior, a través de las cuales corre un cabo o cable de acero llamado jareta, que permite el cierre de la red. En la proa del barco, ésta dispone de un ancla de mar, que tiene por objeto ofrecer resistencia al momento de calar.
La pesca de cerco afecta en nuestro país a lobos marinos . Otro efecto negativo es la captura de ejemplares pequeños (inmaduros), produciendo un impacto directo sobre el stock y provocando daño en el ambiente si estos son descartados (muertos) en el mar.
Los objetivos de este arte corresponden a especies pelágicas de una amplia gama de tamaños que se agrupan densamente (cardúmenes), entre las que se encuentran: anchoveta, jurel, sardina común y española. Las zonas de extracción son entre la I y X regiones en Chile, principalmente la VIII.
Las trampas son pequeñas jaulas ubicadas en el fondo del océano, que permiten que peces y crustáceos entren y queden atrapados. Cada una de ellas es fijada por una sirga vertical (piola metálica o de cordel) a una boya que marca su posición en la superficie. Después de una cantidad determinada de tiempo, la presa es traída hacia arriba, una presa por vez, permitiendo que la pesca de descarte en las nasas tenga mayor posibilidad de sobrevivir. Sin embargo, los mamíferos marinos también pueden ser capturados con este tipo de pesca ya que se enredan en la sirga que conecta la nasa con la boya en la superficie.
Las trampas para peces también contribuyen al problema de la pesca de descarte, cuando las líneas que los fijan se rompen y quedan abandonadas en el fondo marino. Cuando una se extravía en el mar, puede continuar pescando por algún tiempo, como una forma más de "pesca fantasma".
Las especies capturadas en Chile por medio de este proceso corresponden mayormente a crustáceos (centolla, centollón, langostas, cangrejos, jaibas y camarones), aunque también se utilizan en la captura de pulpos y anguilas. Esto se hace efectivo en todo Chile continental e Islas Oceánicas. Particularmente utilizado en el Archipiélago de Juan Fernández para la captura de langosta y en la XII región para la captura de centolla y centollón.
4. Recomendaciones para una pesca más sustentable en el futuro
El análisis y la evaluación de Oceana indican claramente que, para proteger los océanos, los gobiernos debieran:
1) Exigir un número apropiado de observadores en los barcos pesqueros para obtener mejores datos sobre la pesca de descarte.
Los expertos coinciden en que tener observadores en los barcos pesqueros es la mejor manera de obtener información confiable acerca de este tipo de pesca.
2) Fijar límites absolutos para la pesca dirigida y para la pesca de descarte.
Esto significa considerar el factor de la mortalidad en la pesca de descarte dentro de la mortalidad total, y exigir duras restricciones y fiscalizaciones (incluyendo peces, mamíferos marinos, especies amenazadas y en peligro de extinción, aves marinas y toda tipo de pesca no beneficiaria).La pesca de descarte es un componente importante de la mortalidad total como resultado de la pesca. La pesca debiera suspenderse cuando se llega a la cantidad máxima fijada, ya sea al límite de mortalidad por pesca o al de pesca de descarte, según el que se alcance primero.
3) Exigir reducción de pesca de descarte.
Se debe clarificar las disposiciones sobre reducción de pesca de descarte, para exigir que ella sea reducida a niveles prácticamente nulos en cada pesca e incentivar a los administradores de pesqueras y pescadores a que desarrollen soluciones para reducir la pesca de descarte a niveles cercanos a cero.
4) Actualizar la definición de pesca de descarte.
Se debiera llenar el vacío que tienen algunas definiciones actuales sobre "pesca de descarte". La mayoría de éstas se aplican sólo para vida marina desechada, no a vida marina retenida. Además, se debe asegurar que la definición de pesca de descarte abarque toda la pesca no beneficiaria (que no era el objetivo). Esta definición debe dar cuenta también de las muertes provocadas por la pesca de descarte que han pasado inadvertidas, incluyendo fauna no comestible, como esponjas, corales, estrellas de mar, entre otras.
5) Actualizar y publicar informes de pesca de descarte que detallen su estado en las pesqueras de cada país.
Para manejar mejores antecedentes sobre los procesos de reducción y evaluación los administradores de pesca, los congresos y el público en general deben contar con informes actualizados y públicos que regularmente evalúen y caractericen la pesca de descarte en cada pesquera. Esto ayudará a que estas medidas sean aprobadas para minimizar la pesca de descarte.
5. Conclusión
Millones de peces, miles de mamíferos marinos, aves y tortugas siguen muriendo cada año en las pesqueras del mundo y en los océanos como resultado de la pesca de descarte. Desafortunadamente, en muchos casos, no se ha hecho nada o muy poco para detener este flagelo. Incluso en lugares donde el problema ha sido importante durante años, los progresos han sido mínimos. En muchos casos, los avances se han hecho sólo cuando organizaciones conservacionistas han presentado demandas para que se cumpla la ley. La falta de información sobre los métodos destructivos de pesca ya no podrá ser usada nunca más como excusa para no tomar medidas. No se podrá detener la sobrepesca hasta que se controle de manera sustentable la pesquería; y no se verá la recuperación de especies protegidas hasta que las protejamos.
Se puede reducir la pesca de descarte
En las décadas pasadas, los administradores, científicos y la industria pesquera han identificado estrategias y modificaciones de los equipos para evitar y reducir la pesca de descarte.
Esta puede lograrse por medio de un esfuerzo de reducción total de la pesca, mejorando la tecnología de los equipos, cambiando las prácticas de extracción, fijando límites del tiempo de pesca o cerrando zonas para su protección.
También se puede reducir significativamente la pesca de descarte cambiando la tecnología de los equipos, por ejemplo agregándoles dispositivos de reducción. Un ejemplo de esto es el uso de Dispositivos de Exclusión de Tortugas (TEDs) en la pesca de camarones, tecnología que ha reducido significativamente la muerte de estos ejemplares comparado con los niveles anteriores al uso de ellos, aunque aún deben realizarse mejoras en su diseño.
Incluso no siempre son necesarios elementos tecnológicos; por ejemplo, en el caso de los espineles, que son puestos en el mar durante el día, lo que provoca la mortalidad de una serie de especies de aves marinas, que ellos fueran colocados sólo durante la noche para qué así mamíferos y aves que tienen hábitos diurnos de alimentación.
Para finalizar, podemos señalar que los programas más efectivos de reducción de pesca de descarte involucran cambios tanto en las prácticas de pesca como en los recursos tecnológicos, y ellos pueden ser más exitosos cuando se involucra a la industria pesquera, al gobierno y a la ciencia en la búsqueda de soluciones.
fuente:
http://www.revistafuturos.info/futuros_11/oceano2.htm
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