Ayer tuvimos una de las peores tormentas financieras desde la gran crisis de 2008 y 2009.
Para que tenga una idea, el índice Global Dow, que nos da un aproximado del comportamiento general de los mercados, cayó 3.91 por ciento.
Esto significa que en la sesión del lunes se evaporaron, nada más, dos billones 426 mil millones de dólares en los mercados bursátiles del mundo.
Ante una conmoción de este tamaño, no hay nadie a salvo.
Pero, ¿quiénes son los más afectados? Como en los terremotos: los que están más cerca del epicentro.
En materia bursátil, las caídas más severas ocurrieron en las bolsas asiáticas y europeas.
Shanghái fue el origen de las ondas sísmicas y de nueva cuenta fue un indicador económico, el índice gerencial de compras (ISM) de China, que se ubicó en 47.1 unidades, el nivel más bajo desde marzo de 2009, el que detonó la caída de 8.5 por ciento del índice Shanghái Composite, ante los temores de una mayor debilidad económica que la prevista.
El índice Euro Stoxx, que nos da un aproximado de las bolsas europeas, perdió 5.35 por ciento; y el Asia Dow, que también ofrece la perspectiva asiática, cayó 4.94 por ciento.
En este lado del mundo también cayeron todas las bolsas. Los tres principales índices de Estados Unidos: el DJ, Nasdaq y S&P 500,retrocedieron de 3.6 a 3.9 por ciento.
Brasil cayó 3.0 por ciento; Argentina tuvo un serio desplome de 6.3 por ciento y Canadá se fue para atrás 3.1 por ciento.
La Bolsa Mexicana de Valores no se escapó de caer, pero el retroceso fue pequeño para la magnitud de la tormenta: 1.64 por ciento, la menor en los mercados importantes de la región.
Donde no nos escapamos de padecer es en donde los movimientos se determinan por entero fuera de nuestras fronteras, como en el precio del petróleo.
Ayer se fijó el precio de la mezcla mexicana de exportación en 33.71 dólares por barril, el nivel más bajo desde marzo de 2009.
El otro ámbito en el que también resultamos golpeados fue en la paridad frente al dólar. Nuestra divisa se depreció 1.27 por ciento y llegó a 17.47 pesos en el mercado al menudeo.
El golpe más duro ayer en AL fue para el peso colombiano, que perdió 4.3 por ciento en una sola jornada y 36.3 por ciento en el año. La moneda de Brasil le sigue con una pérdida de 33.7 por ciento. Para nuestro peso, el descenso acumulado en 2015 es de 16.7 por ciento.
Como ayer le expusimos en este espacio, los problemas financieros en China, en realidad tienen como fondo sus problemas productivos. Sin embargo, los vasos comunicantes del sistema financiero conducen a que el contagio de la inestabilidad sea generalizado.
Este cuadro también ha puesto en el debate la conveniencia o no de incrementar las tasas de interés en Estados Unidos. Ayer, el controversial exsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, hizo un llamado a no subirlas. Pero además, Dennis Lockhart, presidente de la Reserva Federal en Atlanta, pese a que reafirmó que el alza de tasas se daría este año, señaló que el nuevo entorno impide saber en cuál de las tres reuniones (septiembre, octubre o diciembre) se daría el incremento.
La incertidumbre a todo lo que da. En este contexto, no tiene precio preservar la estabilidad
Para que tenga una idea, el índice Global Dow, que nos da un aproximado del comportamiento general de los mercados, cayó 3.91 por ciento.
Esto significa que en la sesión del lunes se evaporaron, nada más, dos billones 426 mil millones de dólares en los mercados bursátiles del mundo.
Ante una conmoción de este tamaño, no hay nadie a salvo.
Pero, ¿quiénes son los más afectados? Como en los terremotos: los que están más cerca del epicentro.
En materia bursátil, las caídas más severas ocurrieron en las bolsas asiáticas y europeas.
Shanghái fue el origen de las ondas sísmicas y de nueva cuenta fue un indicador económico, el índice gerencial de compras (ISM) de China, que se ubicó en 47.1 unidades, el nivel más bajo desde marzo de 2009, el que detonó la caída de 8.5 por ciento del índice Shanghái Composite, ante los temores de una mayor debilidad económica que la prevista.
El índice Euro Stoxx, que nos da un aproximado de las bolsas europeas, perdió 5.35 por ciento; y el Asia Dow, que también ofrece la perspectiva asiática, cayó 4.94 por ciento.
En este lado del mundo también cayeron todas las bolsas. Los tres principales índices de Estados Unidos: el DJ, Nasdaq y S&P 500,retrocedieron de 3.6 a 3.9 por ciento.
Brasil cayó 3.0 por ciento; Argentina tuvo un serio desplome de 6.3 por ciento y Canadá se fue para atrás 3.1 por ciento.
La Bolsa Mexicana de Valores no se escapó de caer, pero el retroceso fue pequeño para la magnitud de la tormenta: 1.64 por ciento, la menor en los mercados importantes de la región.
Donde no nos escapamos de padecer es en donde los movimientos se determinan por entero fuera de nuestras fronteras, como en el precio del petróleo.
Ayer se fijó el precio de la mezcla mexicana de exportación en 33.71 dólares por barril, el nivel más bajo desde marzo de 2009.
El otro ámbito en el que también resultamos golpeados fue en la paridad frente al dólar. Nuestra divisa se depreció 1.27 por ciento y llegó a 17.47 pesos en el mercado al menudeo.
El golpe más duro ayer en AL fue para el peso colombiano, que perdió 4.3 por ciento en una sola jornada y 36.3 por ciento en el año. La moneda de Brasil le sigue con una pérdida de 33.7 por ciento. Para nuestro peso, el descenso acumulado en 2015 es de 16.7 por ciento.
Como ayer le expusimos en este espacio, los problemas financieros en China, en realidad tienen como fondo sus problemas productivos. Sin embargo, los vasos comunicantes del sistema financiero conducen a que el contagio de la inestabilidad sea generalizado.
Este cuadro también ha puesto en el debate la conveniencia o no de incrementar las tasas de interés en Estados Unidos. Ayer, el controversial exsecretario del Tesoro, Lawrence Summers, hizo un llamado a no subirlas. Pero además, Dennis Lockhart, presidente de la Reserva Federal en Atlanta, pese a que reafirmó que el alza de tasas se daría este año, señaló que el nuevo entorno impide saber en cuál de las tres reuniones (septiembre, octubre o diciembre) se daría el incremento.
La incertidumbre a todo lo que da. En este contexto, no tiene precio preservar la estabilidad
económichttp://www.elfinanciero.com.mx/opinion/como-nos-fue-en-la-
tormenta-financiera.html
El incremento de la deuda en México, el peligro de un proceso inflacionario importante, un débil crecimiento económico y ajustes adicionales al gasto, son temas preocupantes en la recta final de este 2015 que seguirán en el 2016, advierte la calificadora HR Ratings.
De acuerdo con Félix Boni, director de Análisis de la firma mexicana de riesgo crediticio, el crecimiento de la deuda en nuestro país en los últimos años es preocupante, debido a que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público está aumentando y el soberano México tiene que mostrar la capacidad de controlarlo.
"Veo difícil que en el mediano plazo se regrese al equilibrio fiscal; es decir, ni en el 2017 o 2018 se llegará al balance cero. Es complicado", apuntó.
De acuerdo con Félix Boni, director de Análisis de la firma mexicana de riesgo crediticio, el crecimiento de la deuda en nuestro país en los últimos años es preocupante, debido a que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público está aumentando y el soberano México tiene que mostrar la capacidad de controlarlo.
"Veo difícil que en el mediano plazo se regrese al equilibrio fiscal; es decir, ni en el 2017 o 2018 se llegará al balance cero. Es complicado", apuntó.
Boni destaca que uno de los desafíos del gobierno federal será mantener un equilibrio en el gasto público y la deuda pública.
"Sobre un PIB de los últimos 12 meses, la deuda más amplia o saldo histórico del sector público representó 40.4 por ciento en diciembre de 2013 y subió 43.4 por ciento en diciembre de 2014 y para junio ya representaba 45.3 por ciento".
Mientras tanto, pese a que la depreciación del peso frente al dólar de más de 10 por ciento en el año no ha contaminado a la inflación, Boni advierte que hay un peligro inflacionario importante para el 2016.
En conferencia de prensa, el economista explica que es probable que los empresarios comiencen a subir precio durante el primer bimestre del año que entra, aunque no se sabe qué decisión van a tomar, es muy probable que incrementen precios, sobre todo en los productos o insumos importados.
Félix Boni estima que la economía mexicana irá a un paso más lento, ya que prevé una tasa del PIB para este año de 2.3 por ciento en lugar de 2.6 por ciento previo; mientras que para el 2016, la actividad productiva podría crecer 2.5 por ciento.
En tanto, el Presupuesto Base Cero (PBC) es positivo para las finanzas públicas del país; sin embargo, es un proceso que dará resultados en el largo plazo, pues de inicio no se podrá implementar en su totalidad.
"Sobre un PIB de los últimos 12 meses, la deuda más amplia o saldo histórico del sector público representó 40.4 por ciento en diciembre de 2013 y subió 43.4 por ciento en diciembre de 2014 y para junio ya representaba 45.3 por ciento".
Mientras tanto, pese a que la depreciación del peso frente al dólar de más de 10 por ciento en el año no ha contaminado a la inflación, Boni advierte que hay un peligro inflacionario importante para el 2016.
En conferencia de prensa, el economista explica que es probable que los empresarios comiencen a subir precio durante el primer bimestre del año que entra, aunque no se sabe qué decisión van a tomar, es muy probable que incrementen precios, sobre todo en los productos o insumos importados.
Félix Boni estima que la economía mexicana irá a un paso más lento, ya que prevé una tasa del PIB para este año de 2.3 por ciento en lugar de 2.6 por ciento previo; mientras que para el 2016, la actividad productiva podría crecer 2.5 por ciento.
En tanto, el Presupuesto Base Cero (PBC) es positivo para las finanzas públicas del país; sin embargo, es un proceso que dará resultados en el largo plazo, pues de inicio no se podrá implementar en su totalidad.
"Para el 2016, el gobierno tendrá un panorama más complicado, debido a la espiral caída de los precios del petróleo, por lo que no pueden descartarse ajustes adicionales al gasto", asevera.