FOTOGALERÍA: Nuevos datos sobre 'Ata', el 'extraterrestre' encontrado en Chile
“¿Qué es este ser? ¿Será el eslabón perdido de la evolución? ¿Será una especie completamente desconocida hasta ahora? ¿O simplemente una enfermedad desconocida? ¿O tal vez es un ser extraterrestre?”
Agencias
13/05/2013 11:15
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de mayo.- "¿Qué es este ser? ¿Será el eslabón perdido de la evolución? ¿Será una especie completamente desconocida hasta ahora? ¿O simplemente una enfermedad desconocida? ¿O tal vez es un ser extraterrestre?”
Estas preguntas están sacadas del documental Sirius, la revelación, dirigido por el exmédico de urgencias Steven Greer, que está considerado como uno de los mayores especialistas en presencia extraterrestre del mundo. La cinta, estrenada a finales del mes de abril, aborda el debate sobre si se debe divulgar la supuesta información confidencial que esconde el gobierno de Obama acerca de los ovnis y, de paso, examina el caso del denominado “extraterrestre de La Noria”, un ser de 15 centímetros, cráneo aplastado, dientes afilados y con nueve costillas en lugar de las 12 humanas que fue descubierto en 2003 en el desierto chileno de Atacama, según reporta el Huffington Post.
El documental, que ha resucitado una vieja historia ya conocida en España, ha causado furor en Estados Unidos , especialmente por la extraña apariencia del ser, bautizado como ‘Ata’ y que se asemeja a la imagen atribuida a los alienígenas. La historia, en apariencia tan lejana, tiene una fuerte conexión con España. El actual propietario del cuerpo es un ufólogo español, Ramón Navia-Osorio, director del Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos (IIEE), que vive en Barcelona y que en 2004 lo compró por una cantidad de dinero no precisada. Se cree que ‘Ata’ está actualmente en España, pero su dueño es siempre reacio a dar muchas explicaciones sobre el caso.
Pero, ¿hay caso? Es decir, ¿hay evidencias o, al menos sospechas, de que el extraño ser sea realmente un extraterrestre? En realidad no. Al contrario, varios expertos han asegurado tras estudiar el cuerpo que es humano y han descartado que se trate de un montaje, una hipótesis sugerida al principio por un científico de la Universidad Complutense, según el cual el ser estaba hecho con huesos de aves. La mayoría de los científicos coinciden en que se trata de un feto humano momificado, aunque otros sostienen que el ser sobrevivió a su nacimiento durante siete u ocho años.
"Se parece” a un extraterrestre
Navia-Osorio, de hecho, asegura que no tiene pruebas “concluyentes” que determinen “la naturaleza del espécimen” y destaca que “no afirma que se trata de un extraterrestre, aunque morfológicamente hablando, realmente se parece a algunos de ellos”. “No podemos negar eso”, concluye. Asegura, además, que ha tenido problemas para que conocidos científicos y médicos analizaran el cuerpo y especialmente a poner sus firmas en un informe con conclusiones.
Pero el propio Navia-Osorio reconoce que algunos científicos sí han analizado el cuerpo. El doctor Tichy Gottfried, de la Universidad de Salzburgo, concluyó que la pieza era un feto, algo que molestó al dueño. Otros científicos de los que no da nombres concluyeron lo mismo durante el IV Congreso Mundial sobre momias que se celebró en 2007 en Lanzarote.
También un ufólogo chileno, Rodrigo Fuenzalida, se inclinó tras la aparición del ser por la hipótesis del feto: “Tras observar de cerca la pequeña figura, logré apreciar algo que parecen ser restos del cordón umbilical, y es notorio un fuerte golpe en la zona parietal izquierda, que pudo haber desencajado el cráneo dándole la forma tan sorprendente que presenta actualmente”.
Insatisfecho con las conclusiones, Navia-Osorio decidió en febrero de 2007 someter a ‘Ata’ al análisis del doctor Francisco Etxeberria Gabilondo, profesor de Medicina Legal y Forense de la Universidad del País Vasco, reconocido forense que participó en el análisis del cuerpo de Salvador Allende y reveló la presencia de restos humanos en la finca de José Bretón. La conclusión de Etxeberria no pudo ser más clara: “Se trata de un feto momificado de unas 15 semanas de gestación”. Lo que el análisis no pudo probar fue si es el resultado de un aborto espontáneo o provocado, aunque subraya que se trata de una momificación muy antigua, de hace “varios centenares de años”.
“Es un disparate”
“Me bastaron cinco minutos para llegar a esa conclusión”, explica a El Huffington Post el doctor Etxeberria. Entonces, ¿tan evidente es? “He visto muchos embriones y fetos humanos. Es tan sencillo como distinguir el cadáver de un adulto”, asegura el especialista, quien atribuye el estado de momificación a la falta de “flora bacteriana en el tubo digestivo, que es donde empieza la putrefacción de los cadáveres”, y a otros factores ambientales de la región de Atacama, que es el desierto más seco de la Tierra.
Etxeberria rechaza la argumentación de Navia-Osorio de que no existen “pruebas concluyentes”. “Es como si vemos un cadáver humano descuartizado por la caída de un rayo y alguien dice que se necesitan pruebas para determinar que es un cadáver humano. No necesito pruebas concluyentes para diferenciar un húmero humano de un fémur humano. Probablemente quienes no saben nada de anatomía humana las necesiten, pero hay cosas obvias”.
Además, califica de “disparate” decir que quien mejor sabe distinguir un feto son las madres. “Demuestra un desconocimiento preocupante. Es como si decimos que quienes mejor saben [lo que realmente es el cuerpo] son los diseñadores de ropa infantil”, explica.
Por eso, Exteberria subraya que hay que diferenciar el mundo de las creencias de los hechos objetivos: “Uno puede creer lo que quiera y con frecuencia las cosas que no comprendemos las convertimos en asuntos de creencia donde hay amplio margen para la especulación. ¿Y si fuera un ser habitante de las profundidades de la tierra que por una mina abierta en Atacama ha salido al exterior?”
“Producto de la mutación"
El último estudio realizado al ser de Atacama lo ha llevado a cabo Garry Nolan, director de biología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y aparece en el polémico documental Sirius. Sus conclusiones difieren de las de Etxeberria. Asegura que ‘Ata’ tiene ADN humano pero que no es un feto, sino un niño producto de una mutación que vivió así entre siete y ocho años. Durante ese tiempo, asegura, “respiraba, comía y metabolizaba” y cree que murió “en el último siglo”.
pdg
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