Esta verdadera “ciudad fantasma” fue inundada en 1985, luego de la ruptura de una represa que hizo crecer el nivel de las aguas al punto de hacer desaparecer la ciudad.
La ciudad tuvo un pasado glorioso y bullante, convertida en una atractivo turístico de primer nivel, llena de hoteles cinco estrellas y gran movimiento, dado el poder curativo que se atribuía a las aguas del lago que tenían gran salinidad.
Casi 25 años después de la inundación, la ciudad y su infraestructura comenzó a reaparecer ante el retroceso del lago, con un intimidante aspecto que le da la apariencia de una ciudad fantasma.
El fotógrafo francés Romain Veillon capturó las ruinas de Epecuen y su trabajo fue publicado en el sitio Elmundo.com.
Rescatamos algunas imágenes de su trabajo junto a otras que hablan del pasado y presente de Epecuén:
Una fuente de agua perdida en el tiempo. (Foto: Romain Veillon).
Los resto de un vehículo que resisten el paso del tiempo. (Foto: Romain Veillon).
Alguna vez jugaron niños en estos columpios. (Foto: Romain Veillon).
Un resbalín que en otro tiempo tuvo su época de gloria. (Foto: Romain Veillon).
Maquinaria agrícola corroída por las profundidades (Foto: Romain Veillon).
Los marcos de una puerta se mantienen en pie. No así las murallas. (Foto: Romain Veillon).
Rejas que antes separaban las propiedades hoy son solo fierros abandonados. (Foto: Romain Veillon)
Cierta vegetación increíblemente se mantiene en pie. (Foto: Romain Veillon).
Esta bien pudo ser una piscina frente al lago. (Foto: Romain Veillon).
Una plaza de juegos y bancos abandonados. (Foto: Romain Veillon).
Aquí se reunían familias a compartir. Hoy luce un aspecto sobrecogedor. (Foto: Romain Veillon).
Una persona camina entre las ruinas.
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Toma aérea de la ciudad arrasada por las aguas.
Así lucía Epecuen en su época dorada.
VILLA LAGO EPECUÉN, RESEÑA HISTÓRICA
Imágenes antes de la inundación
La primera referencia del Lago Epecuén data de alrededor de 1770, cuando el Piloto De La Real Marina Pablo Zizur realiza un viaje en busca de sal a Salinas Grandes, es quién la descubre y la bautiza Laguna San Lucas.
El primer análisis de sus aguas se produce en 1886, fue realizado por un químico italiano que se maravilló por la riqueza mineral del Lago Epecuén, constatando que la salinidad era superior a la del mar en 10 a 1. Además recomendaba su explotación mediante ferrocarril para su uso doméstico y comercial.
A principios del siglo XIX el Lago Epecuén comienza a ser muy renombrado por las propiedades curativas de sus aguas. Los primeros pobladores y visitantes arribaban en galeras o diligencias, provenientes de Azul, 25 de Mayo, y en años posteriores desde Arroyo Corto. Todos concurrían maravillados por los comentarios de personas que conocían las propiedades acampando en sus orillas.
Luego el FFCC dará un gran impulso: en 1899 llega el ferrocarril Sud; en 1903 el Oeste con parada en Carhué y en Epecuén a 2 Km. del Lago; y en 1911Midland, desde Estación de Puente Alsina hasta Carhué.
En 1909 el Ministerio de Obras Públicas de la Pcia. De Buenos Aires le da un respaldo científico-médico a sus aguas milagrosas. A partir de allí, el interés y prestigio fueron creciendo, y se comienza a vislumbrar un gran futuro para el Lago Epecuén. Varios pioneros y visionarios efectúan obras cuyo fin es dar a los bañistas confort y servicios.
El ritmo de crecimiento se hizo frenético, se construían hoteles de alta categoría, balnearios imponentes y enormes residencias privadas, a la par de la instalación de empresas extractoras de sal, barro radioactivo, fábricas de jabones a partir del fango, etc.
Los ’20 marcaron el inicio de un desarrollo impresionante: grandes hoteles dan comodidad y lujo a las familias adineradas que venían en búsqueda de descanso y de curas milagrosas. La Sociedad Anónima Minas Epecuén fueron, junto a la S.A. Balneario y Termas Mar de Epecuén de Arturo Vatteone, uno de los pioneros en la explotación.
En 1922 se produce el primer loteo de tierras para la conformación de un pueblo y se lanzaron campañas publicitarias ofreciendo terrenos a orillas del Lago lo que daría inicio a la futura lago Epecuén, en las tierras que hasta entonces pertenecían a la Sociedad Mar de Epecuén de la cual Vatteone era presidente.
Conjuntamente con los balnearios que se instalaron en todas sus costas, se fueron creando hoteles y la gente comenzó a radicarse y conformar una villa turística. De esta forma, comenzó un ritmo frenético de construcción de hoteles de categoría internacional.
Al lado de los hoteles comienzan a establecerse trabajadores y propietarios y así para 1930 la villa “Mar de Epecuén” o “Epecuén Ville” como se la nombraba, ya contaba con una iglesia en construcción, una escuela y todos los servicios de un pequeño pueblo.
A partir de allí la historia de crecimiento de la villa no cesaría: tres líneas ferroviarias tenían parada en Carhué y su lago. Las empresas promocionaban pasajes con descuentos, sumaban frecuencias y hasta instalaban oficinas de turismo en sus estaciones.
Villa Lago Epecuén llegaría a contar con 5.000 plazas hoteleras declaradas. Al año 1985 eran alrededor de 250 establecimientos dedicados exclusivamente al turismo que en sus mejores épocas, es decir en los 70 sumaban 25.000 personas por temporada estival.
Por más de 60 años el lago continuó con su problema ancestral: la falta de agua. Ésta truncó decenas de fabulosas inversiones dejando en la ruina a sus propietarios.
Los años ‘50 y ‘60 sirvieron para el afianzamiento del destino turístico comenzado en los veinte.
Ya en los ’70 y bajo la tutela del municipio se encara un proyecto ambicioso y que daría el esplendor máximo a la Villa. Se diseña y construye un complejo que constaba de una gran pileta de agua dulce a sus orillas y una serie de vestuarios, duchas y confitería a la vera del lago.
Por obras realizadas en el sistema de Lagunas Encadenadas comienza a verterse agua al lago lo que hace que se deba construir en 1978 un murallón para contener el ingreso del agua al ejido.
Así a medida que aumentaba el agua se levantaba y consolidaba el terraplén.
Un 10 de noviembre de 1985 el muro de contención que poseía más de 3.50 mts de altura sucumbió y poco a poco fue sumergiendo al pueblo y su rico pasado.
Al cabo de 15 días el pueblo estaba prácticamente sumergido por más de dos metros de agua.
La situación se intensificó y un par de años después el pueblo tenía más de 5 metros de agua. El pico máximo ocurrió en 1993 cuando en ciertos sectores del sumergido pueblo se midieron más de 10 metros.
Imágenes de la inundación
las casa inundadas
vista aérea.
las piscinas
calles inundadas
ciudad es abandonada
rebasaron las aguas
http://www.guioteca.com/fotografia/fotos-de-la-increible-ciudad-fantasma-inundada-que-volvio-a-emerger-tras-25-anos/
http://www.taringa.net/post/imagenes/13088478/Epecuen-26-anos-de-la-inundacion.html
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