jueves, 16 de mayo de 2013


La primera clonación humana abre la era de la medicina regenerativa
Consiguen células madre que pueden convertirse en cualquier otra del cuerpo
Redacción / La Voz  16 de mayo de 2013 05:00


Hace casi una década, en febrero del 2004, el 

surcoreano Hwang Woo-Suk aseguró haber clonado con éxito 30 embriones humanos con el objetivo de acelerar el desarrollo de nuevas terapias a través de trasplantes de células madre. Aquello se reveló posteriormente como un gigantesco fraude que acabó con Woo-Suk condenado a dos años de cárcel por un tribunal de Seúl, acusado de malversación de fondos estatales y violación de las leyes de la bioética. Pero lo que entonces parecía ciencia ficción acaba de hacerlo realidad un equipo de investigadores norteamericanos de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU, por sus siglas en inglés) y del Centro de Investigación Nacional de Primates (ONPRC).


Un equipo liderado por el científico de origen ruso Shoukhrat Mitalipov ha conseguido por primera vez producir células madre humanas mediante la transferencia del núcleo. Lo han hecho a partir de células de piel, que han convertido en células madre embrionarias capaces de transformarse en cualquier otro tipo de célula en el cuerpo.

El hallazgo abre la puerta a terapias que permitirían sustituir las células dañadas por una lesión o enfermedad. Entre las dolencias que pueden ser tratadas están el párkinson, la esclerosis múltiple o algunas lesiones de la médula espinal. Pero, en la práctica, las posibilidades son infinitas, ya que las células madre pueden reprogramarse para que adquieran las características de diferentes tipos de células, incluyendo las nerviosas, las células del hígado y las del corazón.

«Nuestros resultados ofrecen una nueva forma de generar células madre de pacientes con tejidos y órganos dañados o deteriorados», explicó en un comunicado Mitalipov. «Estas células madre pueden regenerar y reemplazar a aquellas células dañadas y mejorar enfermedades que afectan a millones de personas», añadió.
La técnica utilizada tiene dos ventajas específicas. Por una parte, debido a que las células reprogramadas se pueden generar con material genético nuclear de un paciente, no hay preocupación de rechazo del trasplante.
Sin óvulos fertilizados
La segunda peculiaridad tiene que ver con los condicionantes éticos que han levantado una gran polémica en torno a las terapias de células madre procedentes de embriones fertilizados. En este caso se utilizaron óvulos sin fecundar procedentes de voluntarias sanas, a los que retiró el núcleo, y dentro de su citoplasma se introdujo el núcleo de una célula de la piel (fibroblasto) de un paciente con síndrome de Leigh.
A partir de estudios desarrollados primero en células de mono, el equipo de Oregón encontró una manera de estimular los óvulos para que permanezcan en un estado llamado «metafase» durante el proceso de transferencia nuclear. Esto impide que el proceso se estanque, las células así se desarrollan y se producen las células madre.
La transferencia nuclear es el mismo procedimiento que se utilizó para clonar a la oveja Dolly en 1996. Sin embargo, Mitalipov se apresuró ayer a adevertir que «la clonación humana no es nuestro objetivo, ni tampoco creemos que nuestros hallazgos podrían ser utilizados por otros para avanzar en la posibilidad de la clonación reproductiva de seres humanos». Suena a excusa, porque en materia de investigación todo es cuestión de tiempo y dinero.


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