jueves, 2 de marzo de 2017

4 sismos registrados en Coyoacán Mexico.

4 sismos registrados en Coyoacán
Los días 28 de febrero y 1° de Marzo del 2017.

En verdad???



 los sismos fueron de entre 2.4 a 2.7 como máximo 



su profundidad fue entre 3 y 5 kilómetros


Ya investigaron??





pero veamos algo importante 


Instituto de Geofísica Servicio Sismológico Nacional
 Reporte de Sismo.

 Sismos del día 3 de agosto de 2014, Valle de México (M 3.0 y 2.8)

 Información General.
 El día 3 de agosto de 2014 el Servicio Sismológico Nacional (SSN) reportó dos sismos con magnitud 3.0 y 2.8 localizados en la Delegación Álvaro Obregón, en el Distrito Federal. Los sismos, ocurridos a las 9:02 horas y a las 15:17 horas, fueron sentidos en varias colonias de la delegación Álvaro Obregón y zonas aledañas. Las coordenadas del primer epicentro son 19.407 latitud N y 99.221 longitud W y las del segundo sismo son 19.42 latitud N y 99.21 longitud W (Fig. 1).



 Figura 1.



Epicentro de los sismos. En la Figura 2 se observan los registros de algunas estaciones sismológicas de banda ancha para el sismo más grande.


 Figura 2.

 Registros sísmicos en estaciones de banda ancha del Servicio Sismológico Nacional del sismo de magnitud 3.0 del día 3 de agosto de 2014.
 


Sismicidad en la Cuenca de México. La Cuenca de México, donde se encuentra la Ciudad de México, está ubicada sobre uno de los más importantes rasgos fisiográficos del país: la Faja Volcánica Trans-Mexicana (FVTM), la cual abarca desde el Golfo de México hasta el océano Pacífico en dirección E-W y es una de las más importantes prominencias topográficas de México. En la FVTM se localizan edificios y remanencias volcánicas entre las que se encuentran las cimas más altas y los volcanes más activos de México. La Cuenca de México se localiza en la parte central de la FVTM (Figura 3) y está completamente rodeada por montañas donde dominan los edificios volcánicos más importantes como: El Popocatépetl (actualmente en actividad), el Iztaccihuatl, el Ajusco y en el Estado de México el Nevado de Toluca. La Cuenca tiene una forma alargada con orientación N- S midiendo aproximadamente 110 km en su eje mayor mientras que en su eje menor, con orientación E-W, mide aproximadamente 80 km.


 La cuenca de México y sierras que la delimitan.


Por lo regular la actividad sísmica de la Cuenca de México y su vecindad es poco numerosa y de baja magnitud. Sin embargo, sí se llegan a registrar varios sismos al año como puede verse en la Tabla 1. Con base en los eventos registrados se tienen indicios que la mayor parte de la actividad sísmica local se concentra en los márgenes de la Cuenca de México. Aunque se han llegado a registrar eventos importantes en las cercanías de la misma, como el ocurrido en Acambay, Estado de México, en 1912 (M~7.0).

En cuanto al origen de los sismos en la región, se piensa que son generados por el reactivamiento de antiguas fallas (Figura 4). También se considera que estos eventos pueden ocurrir como resultado de la acumulación de tensión regional o que el hundimiento del Valle de México podría originar tensiones que, si bien no generan propiamente a los sismos, sí pudieran dispararlos (Havskov, 1982). También existe la hipótesis de que los grandes sismos generados en la costa pudieran dar lugar a condiciones de desequilibrio y desencadenar sismos locales (Singh et al. 1998). La Cuenca de México tiene una geología y tectónica compleja como se puede apreciar muy claramente en la Figura 5, por lo cual no es de extrañarse la ocurrencia de sismos de pequeñas magnitudes en la zona.

Figura 5.




Mapa de fallas de la Cuenca de México.

 Las fallas en rojo al poniente, estudiadas por García Palomo et al. (2008), se localizan en los sitios donde ocurre sismicidad local como los eventos del día 3 de agosto de 2014. Los números y los puntos rojos indican epicentros de eventos sísmicos de bajas magnitudes (Figura cortesía de L. Quintanar, originalmente publicada para el reporte del sismo de mayo de 2013).

De los estudios existentes sobre sismicidad en la parte sur de la Ciudad de México, podemos mencionar los realizados por Figueroa (1971) quien localizó eventos en la Sierra de las Cruces y el Ajusco, y el realizado por Prince (1974) quien reportó un total de 17 eventos al sur de la Ciudad de México durante el mes de julio de 1974. Estos sismos se sintieron en el sur y suroeste de la ciudad, los epicentros se localizaron dentro o cerca de las zonas urbanas densamente pobladas y tuvieron profundidades máximas de 5 km. El mayor de los sismos de esta secuencia correspondió al ocurrido el 12 de julio de 1974, produciendo en Ciudad Universitaria, al sur de la ciudad, las aceleraciones más grandes registradas hasta la fecha por un sismo local (48 gales).


 Figura 5.
 

Geología y Tectónica de la Cuenca de México (Santoyo et al., 2005).

 Chavacán (2007) conformó un catálogo de sismos locales con epicentros en la Cuenca de México, en él analiza 218 sismos con magnitudes entre 0.8 y 4.4, siendo esta última magnitud la mayor calculada para sismo en esta zona. Por su parte, Bello-Segura (2013) analizó los mecanismos de sismos ocurridos en la Cuenca de México entre los años 2008 y 2012 y se reportan mecanismos de tipo normal y algunos compuestos. La tendencia en el rumbo de los mecanismos es variada dependiendo de la región, las profundidades en promedio se encuentran a 8 km, lo cual indica la existencia de fallas de poca profundidad, lo que es importante desde el punto de vista del riesgo sísmico.

Más específicamente, en la delegación Alvaro Obregón, gracias a la existencia de la Red Sísmica del Valle de México, se han detectado sismos de baja magnitud que han sido sentidos por la población que habita en las zonas epicentrales. Entre esta sismicidad destaca la registrada en el período 2005-2009 que consta de 15 eventos de baja magnitud, cuatro de ellos ocurriendo el 23 de noviembre de 2008 en un lapso de una hora y fueron reportados y estudiados por Reyes-Pimentel, (2009). Recientemente, en mayo de 2013 ocurrió otro evento interesante en la delegación Álvaro Obregón, su epicentro se localizó en las coordenadas 19.341 latitud N y 99.239 longitud W. La magnitud de ese sismo fue de 1.5. En la Figura 5 se observa un acercamiento de la zona epicentral de los sismos del 2008, del sismo de 2013 y de los sismos del 3 de agosto de 2014.

Figura 5.


Epicentro de los eventos de 2008 y del evento del 10 de mayo de 2013 con epicentro en la delegación Álvaro Obregón (izquierda-arriba). Epicentros de los sismos del 3 de agosto de 2004 (derecha-arriba). Acercamiento de la zona epicentral del evento del 3 de agosto de 2014 a las 9:02 hrs (izquierda-abajo).

 

 Acercamiento de la zona epicentral del evento del 3 de agosto de 2014 a las 13: hrs (derecha-abajo).

Fig 6 a.b.c.


si observamos, vemos que desde el año  1998 al año 2005 los pequeños sismos fueron en el EJE VOLCANICO CENTRAL. 



A PARTIR DEL AÑO 2006, LOS PEQUEÑOS SISMOS YA SE DAN EN DIFERENTES DELEGACIONES DE LA CIUDAD DE MÉXICO, Y CON MENOS PROFUNDIDAD

. si alguien sabe que me lo explique por favor!!!! 


Réplicas.
 Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura sufren un reacomodo, lo que genera una serie de temblores en la zona que reciben el nombre de réplicas. El número de las réplicas puede variar desde unos cuantos hasta cientos de eventos en los próximos días o semanas de ocurrido el temblor principal. Sin embargo, los sismo que tienen su epicentro en la zona geográfica que comprende la Cuenca de México, por su tamaño mismo, rara vez presentan réplicas.

 La ocurrencia de sismos en la Cuenca de México no es frecuente. Hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo, tampoco se puede saber qué tan grande será o qué efectos tendrá en la población. Estar informados acerca de estos fenómenos naturales será de gran utilidad para mitigar el riesgo sísmico en caso de un evento de magnitud considerable.

Link

Y que más saben??

Acoplamiento sismogénico en la zona de subducción de Michoacán Colima-Jalisco, México

M. Rosario Martínez-López
Carlos Mendoza
1.        Introducción
La sismicidad en las zonas de subducción es una de las principales fuentes de amenaza sísmica en el mundo. Estas regiones generan los sismos de mayor magnitud y por ello, generalmente los más destructivos al afectar centros urbanos.
En el suroeste de México, la zona de subducción abarca desde la costa de Jalisco hasta la frontera con Guatemala a lo largo de la costa del Océano Pacífico. Esta zona de subducción incluye la región de Michoacán-Colima-Jalisco donde las placas oceánicas de Cocos y de Rivera subducen bajo la placa continental de Norteamérica (Nixon, 1982; DeMets y Stein, 1990; Pardo y Suárez, 1995).
El sismo más grande registrado en México durante la época instrumental sismológica ocurrió en esta región en la costa de Jalisco el 3 de junio de 1932 estimaron una magnitud de ondas superficiales (Ms) de 8.2 para este sismo y sugieren que tuvo una ruptura compleja con base al análisis de sismogramas registrados en Europa a distancias mayores a 85º en instrumentos tipo Wiechert (Uppsala, Gottingen y Copenhagen) y GalitzinWilip (Stuttgart). Singh et al. (1984) modelaron estos registros utilizando cuatro sub-eventos distintos con una duración total de aproximadamente 90 segundos.
El evento del 3 de junio 1932 fue seguido por otro sismo de magnitud Ms 7.6 el 18 de junio al suroeste de Manzanillo, estimaron una longitud de ruptura de 220 km para el evento del 3 de Junio y una longitud de 60 km para el evento del 18 de junio basado en la distribución epicentral de réplicas. Los resultados de Singh et al. (1985) sugieren rupturas independientes que corresponderían a deslizamientos adyacentes en la zona de contacto entre las placas de Rivera y de Norteamérica.
El sismo del 19 de septiembre de 1985 también ocurrió en la zona de subducción de Michoacán-Colima-Jalisco. Este evento corresponde al sismo que más daños económicos ha causado en el país desde que se tienen registros instrumentales, resultando en más de 10000 muertes.
El sismo tuvo una magnitud de momento (Mw) de 8.0 y fue seguido por otro sismo fuerte con magnitud Mw 7.6 el 21 de septiembre de 1985. Las áreas de réplicas de estos dos grandes sismos fueron de 170 km x 50 km para el evento del 19 de septiembre y de 66 km x 33 km para el sismo del 21 de septiembre (UNAM Seismology Group, 1986).
 Estas áreas no se empalman y son consistentes con la ruptura de zonas adyacentes en el contacto interplaca de Cocos-Norteamérica. Los resultados de un análisis de las formas de onda registradas para estos dos eventos indican que efectivamente las rupturas representan el deslizamiento cosísmico de asperezas independientes en la zona de subducción (Mendoza y Hartzell, 1989; Mendoza, 1993).
Estos sismos principales corresponden a fallamiento inverso en la zona de contacto entre las placas Cocos-Rivera y la placa de Norteamérica. Ha habido varios sismos inter-placa con magnitud mayor a 7 en la región
En un estudio de sismos de magnitud mayor a 6 ocurridos durante el período de 1977 a 1988, Tichelaar y Ruff (1993) determinaron que la profundidad máxima de acoplamiento sismogénico a lo largo de la placa de Cocos es de entre 20 y 30 km. Similarmente, en un análisis de la sismicidad observada entre 1964 y 1990, Pardo y Suárez (1995) propusieron una profundidad máxima de 25 km para la zona sismogénica de la placa de Cocos con un ancho aproximado de 60 km.
Esta profundidad máxima es la mitad del valor promedio de 40-55 km observado en otras zonas de subducción del mundo. Sin embargo, Currie (2002) mencionan que si la intersección del Moho continental con la placa oceánica provee el límite máximo de la zona sismogénica, entonces el ancho sismogénico en la zona de subducción del margen Mexicano podría extenderse de 100 a 145 km.
 Este valor sería más consistente con las dimensiones de las áreas de réplicas de sismos mayores ocurridos en los últimos años en la costa de Michoacán, también examinaron la placa de Rivera y estimaron una profundidad máxima de 40 km para el acoplamiento sismogénico, sugiriendo un ancho de 75 km tomando un ángulo de buzamiento de 32º para la placa de Rivera en la región de Colima-Jalisco.
Sin embargo, existe información sismológica adicional para la región de Michoacán-Colima-Jalisco que no se ha tomado en cuenta. Por ejemplo, se han producido
catálogos sísmicos de alta calidad en los últimos años, incluyendo las relocalizaciones detalladas para sismos registrados a distancias telesísmicas y la determinación de hipocentros para sismos locales registrados por la red temporal MARS (Mapping the Rivera Subduction Zone) que operó en los estados de Jalisco, Colima y Michoacán. Además, existe una gran cantidad de mecanismos focales para sismos ocurridos en años recientes en la región.
2. Hipocentros y Mecanismos
Se examinaron los hipocentros relocalizados por Pardo (1993) y utilizados después por Pardo y Suárez (1995) para estudiar la geometría de las placas de Cocos y Rivera. Estos eventos se relocalizaron con el método de Joint Hypocenter Determination de Dewey (1971) y tienen errores hipocentrales menores a 10 km
Fig de



Figura 1. Sismos interplaca mayores o igual a magnitud 7 (estrellas) ocurridos de 1900 a 2014 en la zona de subducción de Michoacán-Colima-Jalisco. Los óvalos indican las áreas de réplicas tomadas de Ramírez-Herrera et al. (2010) y de Kelleher et al. (1973) para sismos ocurridos de 1932 a 2003. Además, se muestran los mecanismos focales para eventos ocurridos a partir de 1973 tomados de Santoyo et al. (2006) y de CMT (2013).





(Tabla 3) y las soluciones del Servicio Sismológico Nacional (SSN, 2013) para sismos de magnitud mayor a Mw 4.3 ocurridos dentro del período 2000 – 2001


(Tabla 2).
Distribución de la sismicidad entre 1964-2008 relocalizada por Pardo (1993, círculos azules) y obtenida del ISC (2009, círculos rojos). Los mecanismos obtenidos de CMT (2013) entre 1979-2008 se etiquetan con la letra C. Los mecanismos de Pardo y Suárez (1995) están etiquetados con la letra P. Los mecanismos del Servicio Sismológico Nacional (SSN, 2013) en el período de 2000-2001 están etiquetados con la letra S. El tamaño del mecanismo focal representa la magnitud del sismo en base a la escala que se muestra a la derecha. GEG = Graben el Gordo.

Análisis y Resultados
Estos perfiles se extienden lateralmente a lo largo de los segmentos de Jalisco y de Michoacán previamente definidos por Pardo y Suárez (1995). El segmento de Michoacán corresponde a la subducción de la porción noroeste de la placa de Cocos desde el Graben el Gordo hasta la intersección con la Zona de Fractura de Orozco. El segmento de Jalisco corresponde a la subducción de la placa de Rivera y se extiende desde el Graben el Gordo hacia el noroeste hasta una longitud de -106º El límite entre las placas de Rivera y de Cocos a lo largo de la trinchera se ha discutido por diferentes autores sin haber una clara definición hasta el momento Ellos mencionan que el límite a profundidad podría estar al este del Centro y Norte del rift de Colima, lo cual concuerda con la variación de la geometría de la placa propuesta por Pardo y Suárez

Los perfiles que corresponden al segmento de Jalisco en la placa de Rivera. Se observa fallamiento inverso en la zona de subducción hasta 90 km de distancia de la trinchera, a una profundidad máxima de aproximadamente 25 km el fallamiento inverso más profundo se encuentra a una profundidad aproximada de 40 km
Implicaciones para la Ruptura Sísmica

De acuerdo a Hanks y Kanamori (1979), el momento sísmico liberado durante un sismo está definido por el producto de la rigidez, el área de ruptura y el deslizamiento promedio. El momento sísmico entonces aumenta con el área de ruptura, y el tamaño de los sismos en un segmento dado está controlado por el ancho y longitud de ruptura.  Nuestros resultados entonces tienen implicaciones importantes para la estimación de la magnitud máxima esperada para sismos mayores en la zona de subducción de Michoacán-Colima-Jalisco.

La historia sísmica reciente en el segmento de Michoacán indica que el deslizamiento sísmico principal ha ocurrido en secciones (ver Figura 1), relacionado probablemente a la existencia de asperezas en el contacto interplaca. Sin embargo, existen zonas de subducción a nivel mundial donde se han observado secuencias de rupturas adyacentes durante una época, alternadas con la ocurrencia de un solo megasismo en otra época durante diferentes ciclos sísmicos.
 En estos casos, los megasismos incorporan las zonas de ruptura de los sismos anteriores, resultando en un comportamiento variable de ruptura caracterizado por una repetición de deslizamiento en zonas específicas a lo largo del contacto interplaca.

Ejemplos:
 Incluyen las zonas de subducción de Colombia-Ecuador (Kelleher, 1972; Kanamori y McNally, 1982),

En Japón (Imamura, 1928;
 Sumatra-Andaman en Indonesia (Bilham et al., 2005;

El megasismo del 26 de diciembre del 2004 de Sumatra-Andaman.

Este comportamiento de ruptura variable sugiere la posibilidad de que todo el segmento de Michoacán se deslice en una sola ruptura sísmica. En la región de Oaxaca en México, por ejemplo, se tienen reportes históricos de un sismo de una magnitud estimada de Mw 8.6 que ocurrió el 28 de marzo de 1787 con una longitud de ruptura de 450 km, aunque en los últimos 100 años se han generado sismos de magnitudes de entre 7.3 a 8.2. para la zona de subducción de México a partir de modelos de ruptura determinados para siete sismos mayores o igual a MW 6.9 ocurridos de 1979 a 2003 y ubicados principalmente en la región de Guerrero-Colima-Michoacán.
Sin embargo, las relaciones de Ramírez-Gaytán et al. (2014) subestiman la magnitud del evento del 19 de septiembre 1985 si se asumen dimensiones consistentes con el modelo de ruptura determinado por Mendoza y Hartzell (1989). Estas relaciones también subestiman la magnitud obtenida por Singh et al. (1984) para el sismo de Jalisco del 3 de junio 1932 si se utilizan las dimensiones del área de réplicas para estimar la magnitud.

 En este trabajo preferimos utilizar las leyes de escalamiento de Murotani et al. (2008), las cuales están basadas en eventos de subducción en Japón, porque producen valores más apropiados para estos dos eventos.
Por lo que podrían subestimar la magnitud para eventos mayores a Mw 8.
Si consideramos un área (en km2) que corresponde a una longitud de 300 km y un ancho de 95 km para el segmento de Michoacán, Cabe mencionar que el deslizamiento máximo para el sismo podría ser mucho mayor a 2 m, tomando en cuenta que la distribución de deslizamiento a lo largo de una falla es generalmente heterogéneo e involucra la fractura de asperezas independientes en el plano del contacto interplaca.
En lo que respecta a la placa de Rivera en la región de Colima-Jalisco, es difícil saber la longitud máxima que podría tener un sismo mayor pero si el área de réplicas de los sismos de 1932 define el límite norte del evento, entonces este se podría extender por una distancia de aproximadamente 420 km. Aplicando la ecuación 1 considerando un ancho máximo de 75 km para la ruptura podemos estimar un momento sísmico de 3.1 x 1021 nt-m, indicando una magnitud de 8.3 Mw comparable a la magnitud máxima estimada para el segmento de Michoacán.
Esta magnitud es mayor a la magnitud máxima de Mw 8.15 estimada por Singh et al. (1985) en base a la edad de la placa de Rivera y la velocidad de convergencia. Estimaciones de magnitud máxima basadas en las edades de las placas se han cuestionado recientemente porque no coinciden con los tamaños de los megasismos ocurridos en los últimos años en Indonesia 2004 y Japón 2011. No se puede descartar la posibilidad de que una sola ruptura en un megasismo incluya los dos segmentos de Michoacán y de Jalisco. Sin embargo, esto es quizás poco probable ya que ambos segmentos pertenecen a placas tectónicas distintas con diferentes geometrías de la zona de contacto interplaca. Sería más probable que una ruptura en el segmento de Michoacán se extienda al sur más allá de la zona de fracturas de Orozco. En ese caso, el tamaño del sismo esperado sería mayor a la magnitud de Mw 8.25 estimada en este trabajo para el segmento de Michoacán.

La historia sísmica en la zona de subducción de Michoacán-Colima-Jalisco indica que los segmentos de Michoacán y Jalisco se han roto principalmente en eventos de magnitud entre 7.2 y 8.1 durante el último siglo. El proceso de ruptura durante estos sismos mayores puede ser complejo donde se pueden romper más de una aspereza. Entre cada aspereza pueden quedar espacios en el contacto interplaca donde se podría generar otro sismo a futuro, asumiendo que esas zonas no se han deslizado. Por ejemplo, el sismo del 25 de octubre de 1981 ocurrió entre dos asperezas que se rompieron 4 años después durante el evento del 19 de septiembre de 1985  Es difícil saber con anticipación el lugar y el tamaño de los sismos que se podrían generar. Sin embargo, nuestros resultados identifican áreas donde podría haber un deslizamiento cosísmico futuro, asumiendo que los sismos continúan rompiendo secciones parciales de ambos segmentos.

Sería importante entonces examinar a detalle la distribución de las rupturas históricas para tratar de entender el proceso de generación de sismos mayores en la zona de subducción Michoacán-Colima-Jalisco.

continuara cap.2

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